Fútbol y religión sobre un mismo terreno de juego

Frederic Oumar Kanouté, jugador del Sevilla FC desde la temporada 2005-2006, nació en Saunte Les Lyon (Francia) hace 31 años. Hijo de inmigrante procedente de Mali, su padre llegó a París con 21 años para trabajar como tornero en una fábrica de componentes electrónicos. En la capital gala luchó para prosperar, aunque antes era más fácil abrirse camino en Europa porque faltaba mucha mano de obra y los trabajadores de las antiguas colonias francesas tenían mayores facilidades para conseguir la ciudadanía. De hecho era un derecho. Con posterioridad se casó con una profesora de Filosofía del Liceo y se trasladaron a Lyon.

En esta urbe situada en el Este de Francia, tercera ciudad en importancia de Francia, creció como persona Kanouté al igual que los hermanos Lumiere (inventores del cine) o Luis Fernández (futbolista y entrenador). Allí se movió en un ambiente multirracial y multicultural lejos del racismo. Cursó el bachillerato y empezó a estudiar en la Universidad Lengua Extranjera Aplicada, aunque la abandonó al poco de iniciar estos estudios debido a que el fútbol le ocupaba mucho tiempo. Este deporte es su pasión, pero reniega calificarlo con este término porque bajo sus efectos dice “se hacen cosas muy negativas”.

Y es que Kanouté no es un futbolista el uso. A las excelentes estadísticas que marca desde su llegada en 2005 al fútbol español procedente del Tottenham Hotspurs inglés: 48 goles en 110 partidos con el Sevilla FC en Liga y apenas 11 tarjetas amarillas por ninguna expulsión y la participación activa en todos los títulos que ha logrado el equipo en su Historia reciente, (y que definen bien el carácter de este futbolista), se une el hecho de un compromiso sin igual con Mali, su país de adopción, para crear en la capital Bamako “la Ciudad de los niños” (principal objetivo de la fundación que lleva su nombre); con todos aquellos que lo necesitan (camiseta a favor de Palestina que llevaba bajo la zamarra sevillista tanto en el encuentro ante Osasuna como el disputado frente al Deportivo de la Coruña); o denunciando situaciones que no le parecen correctas (en la final de Supercopa de Europa ante el Barcelona saltó al campo con una cinta adhesiva sobre el pecho, tapando así la publicidad de una casa de apuestas que portaba su equipo en aquel encuentro).

Este compromiso social surgió en un viaje que realizó a Bamako (Mali) con 21 años, aunque con anterioridad ya había visitado a sus parientes. En esta ocasión sí se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo en el continente africano. Según cuenta, en sus anteriores viajes se vivía un “poquito mejor en África”, pero desde esos años “la cosa ha empeorado mucho”, incluso comprendió que su propia familia tenía muchas carencias.

Los datos son evidentes: Los niños de 5 ó 6 años mendigan en la calle, hay muchos huérfanos porque la esperanza de vida es muy baja (48 años), el 64 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y no hay acceso a la sanidad. Por este motivo, Frederic Kanouté, musulmán converso desde hace unos años (con 19 años ya leía mucho sobre las distintas religiones), pasea la bandera de la solidaridad por toda Europa gracias a los muchos compromisos oficiales y amistosos que ha disputado con su actual equipo, el Sevilla FC. En concreto, ha participado en 32 partidos de competición europea marcando 18 goles, por lo que es en este tipo de encuentros en los que Kanouté se muestra más efectivo si cabe.

Aunque tampoco hay que obviar su etapa inglesa, ya que entre West Ham y Tottenham Hotspurs acumula 143 partidos en las cinco temporadas y media que estuvo en la prestigiosa Premier League, con el nada despreciable bagaje de 43 goles; o su debut en el profesionalismo en las filas del Lyon francés, conjunto con el que jugó 51 partidos oficiales entre Liga y competiciones europeas y consiguió marcar 11 tantos. Por último, con la selección de Mali debutó el 15 de junio de 2004 frente Argelia, partido que terminó con victoria del conjunto malí por 0 a 2, y acumula un total de 8 goles en 18 participaciones con el combinado de su país de adopción.

Pero Frederic Kanouté no será recordado en Sevilla sólo por estas excelentes estadísticas y por tener una fundación que ayuda a los más desfavorecidos, sino que su huella quedará ya presente en el transcurrir de los años gracias a la compra de una mezquita que servirá para que los musulmanes puedan rezar sin ningún tipo de inconveniente. Pese a ello, es consciente que hoy en día las religiones separan más de lo que unen, pero se revela contra la dirección que toman, en ocasiones, este tipo de asuntos ya que no lo ve lógico porque todos los mensajes son iguales. Para Kanouté el principal problema son los fanatismos, y si logramos controlarlos no debe existir ningún obstáculo para que diferentes culturas convivan en paz.

Fuente: Diario de Sevilla, Wikipedia, Fundación Kanouté, Marca y Sevilla FC.